photo by George Hodan cc.
Those who plan ahead, and who are ready to profit by opportunity, are far more likely to be able to do the science that they would most enjoy, and to have more control over how it is done, than those who do not. Those who let things happen to them will wind up becoming servants of those who make things happen.
Federico Rossi and Tudor Johnston, Survival Skills for Scientists
Si sólo pudiera dar un consejo a mis estudiantes, especialmente quienes pretendan seguir una carrera en la academia, éste sería ese consejo. Me parece que es un consejo para la vida, pero que en la academia está más presente que en cualquier otro campo profesional.
Resulta que la academia trata, principalmente, de tener una libertad bastante amplia para decidir cómo invertir el tiempo para contribuir a la sociedad a través de la generación de conocimiento y la formación de recurso humano. Evidentemente la docencia es un aspecto importante, pero no el único. Es más, como profesores rara vez se nos evalúa exclusivamente por la docencia, sino más bien por la actividad académica que desarrollamos, en particular lo relacionado con la investigación.
A la luz de esta revelación, me gustaría dejar claro que investigar no significa estar metido en un laboratorio (con una bata blanca), medio despeinado, y trabajando solo hasta entrada la noche. No, investigar usualmente tiene que ver con trabajar en equipo, discutir con colegas y estudiantes sobre distintos problemas y aproximaciones, de escribir (muchos) proyectos y preocuparse por la financiación para que los estudiantes puedan hacer los experimentos y sacar sus carreras adelante. Investigar es hacerse preguntas mientras se está aprendiendo algo nuevo, de anotar esas preguntas y transformarlas en borradores de proyectos, artículos, etc. Investigar es aprender normativas y construir presupuestos para responder preguntas. Es asistir a conferencias, no por las charlas, sino para hacer contactos. De mantener esos contactos y establecer alianzas y colaboraciones. Se trata de mucho, especialmente de relaciones humanas, sólo que casi nadie lo sabe.
Toda esta actividad no se hace, por un lado si no se disfruta de ella, pero por el otro si no se planifica. Como académico he aprendido que a pesar de tener algo andando en el momento, se debe pensar en lo que sigue después. En que pasará para dentro de un año. En prepararme para ello porque sólo así soy yo quien hago que las cosas ocurran y quien se termina beneficiando de las oportunidades. De estudiante se suele planificar poco y más bien se reacciona a las fechas límites. Límite para un congreso, límite para graduarse, finalización de una beca, etc. Pero la realidad es que en la academia los verdaderos límites, son los que uno mismo se impone para avanzar hacia una meta que no es tan concreta.
No es mala idea acostumbrarse a esto de planificar y prepararse. Cómo me veo en un par de años. Quiero salir del país, necesito aprender otro idioma, necesito convalidar un título. Quiero ganarme una beca, he revisado las versiones pasadas, cómo era el cv de los anteriores ganadores, etc. En fin, son muchas las maneras de prepararse para la academia desde estudiante. Cómo decía Pasteur “la suerte sólo favorece a la mente preparada”.