andres marrugo

¿Por qué un blog?

Seated Woman with Blog, after Picasso
photo by Mike Licht.

Existen diversas razones por las cuales embarcarse en la aventura de un blog. Sin embargo, la principal razón seguramente está mas ligada al hecho de tener algo que contar. En las palabras de Merlin Mann

“How do you know you should start a blog? Because people keep telling you to shut up. You just won’t shut up about a subject.”
Merlin Mann, SXSW Interactive 2009

Que traduce algo así como, si constantemente te mandan a callar y no puedes parar de hablar de un tema, deberías abrir un blog. Resulta cómico, pero como la mayoría de las cosas cómicas en la vida, tiene mucho de cierto y nos reímos porque nos vemos reflejados en ellas. Normalmente preferimos reírnos de los demás, antes que de nosotros mismos, pero nos reímos porque somos capaces de sentir empatía1 y ponernos en los zapatos de otros.

Es esa capacidad de ponernos en el lugar de otro lo que nos permite identificarnos con otras personas y llegar a admirarlos por lo que son y por lo que han hecho. De hecho una de las principales motivaciones para escribir en un blog debería ser el intentar llegarle a aquellos a quienes se admira. Deberíamos siempre escribir como si nuestro blogger/escritor favorito2 fuera a leer nuestro artículo. Esto nos permitirá tener un blog del cual sentirnos orgullosos, y tener la oportunidad de encontrar nuestra propia voz.

En el proceso de encontrar nuestra voz descubriremos las voces de otros. Un blog no existe de manera aislada. Si no fuera por la interacción con otras personas que comparten nuestra pasión, la empresa de un blog podría ser una sin mayor satisfacción y sin motivos por los cuales mejorar y continuar. Siempre es mejor un comentario o crítica oportuna a diez mil visitas anónimas.

Nunca antes hubo un momento tan propicio como ahora para atreverse a publicar nuestras historias y reflexiones. Nunca antes fue tan barato llegarle a tantas personas como lo que podemos hacer a día de hoy con el internet. Vivimos en tiempos emocionantes y resulta apenas lógico querer participar en esta aventura.

  1. Aunque es cierto que siempre hay alguno que otro por ahí que no siente empatía alguna con los demás.

  2. Incluso si a quien admiramos es un personaje ficticio, o nuestro propio álter ego. Muchas veces escribimos tanto para un “yo” pasado como para un “yo” futuro.

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