Felicitar a alguien por su cumpleaños es un acto de generosidad. El que felicita te desea que seas feliz por un acontecimiento, en este caso conmemorar el día de tu nacimiento.

En diversas ocasiones le he escuchado a distintas personas ¿por qué celebrar el cumpleaños? ¿Acaso hay algo que celebrar? El haber nacido no es un logro en sí. Durante mucho tiempo el argumento había estado resonando en mi mente, aunque nunca le dediqué mayor tiempo – hasta ahora, por lo visto.

Ahora que soy padre, el cumpleaños de mi hijo es una fecha importante para mí, porque efectivamente ha sido un punto decisivo en mi vida. Claramente hay un antes y después. No así en la vida de mi hijo, pues para él nunca ha habido un “antes”, y por el momento tampoco tiene conciencia de ello. Por lo tanto, como primera aproximación el celebrar el cumpleaños de mi hijo sí tiene un gran significado para mí, ¿y para él?

¿A quien se debe felicitar, a los padres o al que cumple años? Esta pregunta es – en mi humilde opinión – más acertada que simplemente decir ¿por qué celebrar? Pero todavía me deja algo insatisfecho. ¿Tu qué crees?