Alejo
Vivir en un mundo que gira a la derecha debe ser incómodo y en ocasiones extraño. Aproximadamente el 10 por ciento de la población del mundo es zurda versus un aplastante 90 por ciento de diestros. Evidentemente, ser zurdo es poco común, pero además todavía no se entiende bien el por qué de la dominancia de un lado del cuerpo o la destreza1 de una de las dos manos.
Mi hijo mayor resultó ser zurdo (los dos padres somos diestros). A sus casi tres años de edad ya le comienza a costar un poco algunas cosas de la vida cotidiana. Todo gira a la derecha y lo natural para él es girar las cosas hacia la izquierda. Desde el sacapuntas, una cerradura, una tapa o darle cuerda a los juguetes (todavía no puede) le cuesta todo y se nota su frustración. Apenas comienza a familiarizarse con la escritura, pero supongo que eso será otro reto, especialmente porque esta lengua se escribe de izquierda a derecha, mejor adaptada a – oh, sorpresa – los diestros. El día de mañana cuando comience a hacer otras actividades2 de la vida cotidiana se irá dando cuenta de lo incómodo que es ser zurdo en este mundo, pero eso mismo le permitirá adaptarse mucho mejor a ese tipo de situaciones que la mayoría de las personas. A lo que me refiero es que esas mismas incomodidades seguro le servirán de entrenamiento para adaptarse mucho mejor al mundo. El mundo no esta pensado para él y él tendrá que aprender a vivir en un mundo así.
Todo esto no serían más que simples observaciones mías, escritas en mi diario, sino fuera por un episodio de radiolab que escuché esta semana. En él exploran una de las hipótesis sobre la existencia de los zurdos – la tal llamada Hipótesis Faurie-Raymond o hipótesis de la pelea. Es una de las explicaciones más radicales que he escuchado, pero que tiene cierto sentido. Los autores explican que históricamente las peleas han sido mano a mano o con armas de corto alcance. Al ser los diestros mayoría, es poco probable que un diestro se haya enfrentado muchas veces a un zurdo. En el combate esto le da una ventaja al zurdo porque el diestro está en una situación incómoda.
El argumento se extiende a día de hoy con situaciones como los deportes en que la dominancia de un extremo del cuerpo diferente al de la mayoría de personas puede llegar a ser una ventaja significativa. Por ejemplo, el tenis3, la esgrima, o incluso el fútbol. Los investigadores encuentran que existe una correlación en esto y por ejemplo, a pesar de ser un 10 por ciento los zurdos en el mundo, en los deportes de nivel internacional superan el 30 por ciento de los jugadores. No es secreto que los zurdos son claramente apreciados en muchos deportes.
Esta es una de esas experiencias que si no las vives difícilmente se te ocurrirán. Con mi esposa hemos estado enumerando actividades cotidianas en donde se asume que la persona es diestra y cogerá/girará/jalará el objeto con la mano derecha. Tras esta vivencia y reflexión esa minoría ya no es invisible para mí y simpatizo con sus dificultades. Sólo cuando se conoce o se vive la historia de primera mano es cuando nuestro mundo y nuestra percepción cambian. Es como nos advierte la escritora nigeriana Chimamanda Adichie sobre el riesgo de conocer una sola historia de una persona o un pueblo, esto nos conlleva a tener un pobre entendimiento de su situación o incluso a desconocerla del todo.
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Que paradójicamente viene del latín dexter que quiere decir derecha. ↩
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Hasta los cuchillos de cocina y las tijeras vienen diseñados para diestros, los hay también para zurdos, pero son poco comunes. ↩
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Es bien sabido que a Rafa Nadal su tío lo instruyó para que jugará con la izquierda para que tuviera ventaja sobre sus oponentes. ↩