andres marrugo

El artículo perfecto

Lo perfecto es enemigo de lo bueno

– Voltaire

A veces queremos que ese artículo en el que llevamos un año trabajando quede impecable. Lo leemos y lo volvemos a leer, ponemos una coma y quitamos dos. Reescribimos una frase y eliminamos otra. Y seguimos haciéndolo porque el resultado debe ser perfecto. Pero la realidad es que lo perfecto no existe y el tiempo que podemos dedicarle a algo es limitado. Para evitar entrar en este remolino de edición sin fín, debemos tomar conciencia de que hacer algo, en este caso un artículo, implica hacerlo de la mejor manera en el tiempo y recursos que tenemos disponibles.

Lo anterior no implica que debamos ser mediocres con nuestra escritura. En realidad quiere decir que debemos hacer el mejor uso de nuestros recursos. También implica pedir la opinión de otros, tomar la retroalimentación, hacer los ajustes y seguir adelante. Esta es, tal vez, la lección más dura que se aprende al culminar un doctorado. En algún momento hay que darle corte a esa investigación y convertirla en un libro.

Es por eso que es importante comenzar con un borrador lo antes posible y evitar que las fechas de entrega nos alcancen sin estar preparados. Un buen artículo no se escribe en una noche, ni tampoco una buena tesis en un mes. Siempre estaremos añorando un día más o una semana más de plazo. Sin embargo, si comenzamos pronto, ese tiempo adicional – aunque deseable – en realidad no es necesario. Por lo tanto, debemos ser honestos con nosotros mismos y declarar como nos recomiendan Booth et al., en “The Craft of Research”:

That perfect paper has never been written and never will be. All you can do is to make yours as good as you can in the time available. When you’ve done that, you can say to yourself: Reader, after my best efforts, here’s what I believe—not the whole or final truth, but a truth important to me and I hope to you. I have tested and supported that truth as fully as time and my abilities allow, so that you might find my argument strong enough to consider, perhaps to accept, maybe even to change what you believe.

Ahí está el secreto. En conseguir que nuestro argumento sea lo suficientemente sólido para convencer a nuestro lector, sea que concuerde o no, pero que lo logremos convencer.

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